Importancia de la imagen y la reputación corporativa
Cuando hago un sondeo muy somero entre mis prospectos, compruebo
con satisfacción cómo el tema de la imagen y la reputación, lejos de ser ajeno,
es de sumo interés en el mundo empresarial de hoy.
Lo curioso es que teniendo una alta valoración, hay muchos que
todavía no hacen nada para crearla, mantenerla, mejorarla o posicionarla.
Muchos creen que en el mundo de las comunicaciones 2.0 aún que se
puede prescindir de este valioso intangible. Algunos piensan que basta con
mantenerse en bajo perfil y sin ningún tipo de presencia digital para que nadie
emita una opinión que propicie una situación indeseable. Hay quienes, a juzgar
por lo bien que les va en los negocios, consideran innecesario “gastar” dinero
en ello. Y no falta el que cree que con unas cuantas acciones desarticuladas y
sin estrategia pueden alcanzar la imagen y reputación adecuada para posicionarse
y agregar valor a su marca.
Lo cierto es que tanto la imagen como la reputación son esenciales
para alcanzar credibilidad, lealtad, respeto
y reconocimiento ante nuestros públicos clave. Igualmente facilita las
posibilidades de financiamiento, aumenta su valor comercial y nos brinda nuevas
posibilidades de expansión y crecimiento al negocio.
Cabe recordar que mientras la imagen es una representación de la
marca, producto o empresa, basada en elementos que dan lugar a una percepción
de acercamiento o rechazo, la reputación tiene un carácter más estructural, se
construye a largo plazo y está relacionada con el comportamiento y sus
consecuencias.
Tanto imagen como reputación requieren de un plan estratégico
conjunto ya que la imagen es poco consistente si no está respaldada por una
buena reputación.
Por esto y mucho más la imagen y reputación corporativa deben
ser gestionadas en forma estratégica y permanente de manera profesional y
personalizada según la situación particular y lo que se desea lograr en cada
caso.
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